Querida hija:
Tengo un cofre que contiene un Tesoro,
un Tesoro que no se puede comparar
con ningún otro.
Ese tesoro eres TU HIJA MÍA.
Que con gran AMOR creciste
e mis brazos, me diste tu primera
sonrisa, me llamas mamá y me entregas
AMOR sin esperar nada a cambio.